Leí hace unos minutos en periódico “El Caribe” de hoy que “Casa de Arte” de Santiago debería cerrar sus puertas por que el “Ministerio de Cultura” había eliminado la partida de RD$ 50,000.00 que los gobiernos venían asignándole desde hace tiempo Lo primero experimentado fue sorpresa, desagradable por cierto; luego tristeza y desasosiego; y, finalmente, sentí y sigo sintiendo una sorda indignación creciente que no puede quedarse muda. De los veintisiete años que me parece cumple ahora, unos quince de ellos he experimentado y comprobado la inmensa labor que esa vieja casona despliega para Santiago, el Cibao y hasta el resto del país. Ciertamente ha sido un protector hogar para cualquier faceta del arte y, como animadora cultural, no tiene parangón en el país. ¿Cómo es posible entonces que por una ridícula suma se destruya esta valioso pulmón de la cultura nacional?... ¡Es que nos quieren asfixiar con mudez e impotencia?... Por supuesto, las fuerzas económicas privadas del país podrían manifestarse y hasta promocionarse con una urgente colaboración que significa poco en sus presupuestos y devengaría muchos beneficios en imagen; pero es al Estado a quien le corresponde preservar la iniciativa privada que sirve de poderoso pie de amigo a la gestión oficial. NO DEBEMOS PERMITIR QUE NUESTRO TECHO SE DERRUMBE SIN POR LO MENOS LEVANTAR LOS BRAZOS PARA SOSTENERLO. Hagamos lo que podamos y hasta lo que creemos que no podemos hacer. Todo el que ha cobijado sus esperanzas en aquel provinciano paraíso tiene una deuda sagrada y debe honrarla.
Iván García Guerra
Santo Domingo, R. D.,
15 de Febrero del 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario